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jueves, 14 de enero de 2016

La conciliación familiar y laboral.

Hace unos días hubo una noticia polémica en el Congreso. La diputada de Podemos, Carolina Bescansa, llevó a su bebé al Congreso de los diputados para poder cuidarlo y darle el pecho mientras acudía a su puesto de trabajo. No sé si fue premeditado o no pero sinceramente, no soy quien para juzgar sin saber, por lo que me quedo con el hecho de poder llevar a tu bebé al trabajo y eso me encanta y me atormenta a la vez. Me encanta porque el bebé con quien necesita estar es con sus cuidadores y me atormenta porque me recuerdan que vivo en un País donde la conciliación familiar y laboral es prácticamente nula.


Aquí en España es donde existe una conciliación laboral y familiar más difícil puesto que las empresas son quienes tienen la última palabra respecto a los horarios de los trabajadores. Yo he tenido la suerte de poder trabajar desde casa aunque cierto es que no es fácil llevar a término un libro cuando cada pocos minutos tienes que atender y pasar tiempo de calidad con tu hija y volver a inspirarte y concentrarte para volver al punto de trabajo donde lo dejaste. Pero no lo cambio por nada. Estos primeros años de mi hija no los volveré a disfrutar jamás y pasan tan rápido... No quiero perderme ni un segundo de su crecimiento, de su aprendizaje, de sus avances, de sus mimitos...

Admiro a las mamás y los papás que tienen el valor de volver al trabajo y separarse de sus retoños porque no les queda otra opción pero también les compadezco... no quiero ni pensar el día en que tengan que cuidar de mi hija por mí porque yo tuviera que trabajar fuera y no pudiera llevarla conmigo.

Todo esto afecta a las familias pero sobre todo afecta a los bebés, que son separados de sus padres a la fuerza y tienen que acabar acostumbrándose a pasar largas horas sin verles ni poder disfrutar de su compañía. Algunos bebés se lo acaban pasando bien e incluso necesitan ir a la guardería para desfogarse de tanta energía, ganas de exploración y de juego que tienen. Pero el principio para la mayoría es duro.


Siempre pongo el ejemplo de Finlandia porque tienen una mayor flexibilidad de horario laboral, la escolarización obligatoria empieza a los 7 años porque creen firmemente que hasta entonces lo que necesitan los niños es estar con sus padres y jugar. También disponen de unas bajas maternales de 105 días propios + 158 días a compartir con los padres que ya tienen 18 días, entre otras muchas mejoras que a mi personalmente, me embelesan.

Por otro lado, el tema de la igualdad es muy importante pero siendo conscientes de las circunstancias. Por ejemplo, de que el bebé recién nacido con quien más necesita estar es con la madre y no solo por la lactancia sino porque el bebé ha pasado nueves meses protegido en la barriguita de mamá sintiéndola y amándola. Al mismo tiempo, creo que los papás tienen el mismo derecho de que se les alargue la baja paternal para disfrutar de su nuevo núcleo familiar, de su relación paterno-filial y para apoyar el vínculo de la madre y el bebé. Cada vez hay más papás que participan activamente en la crianza de los hijos -como debería haber sido siempre- porque quieren vivir esta experiencia al 100% y disfrutar de cada momento con sus hijos.

Solo espero que poco a poco la calidad de vida mejore y para ello deben mejorar muchísimas cosas como lo que hablamos. Una cuantiosa mejora para que podamos seguir manteniendo nuestros puestos de trabajo y nuestras carreras al mismo tiempo que cuidamos de nuestros bebés y disfrutamos de nuestra familia. Porque nuestros bebés a los 4 meses no están preparados para ser separados de la fuente principal de alimento que más les conviene. Porque nuestros bebés de 4 meses no están preparados para separarse de los brazos, el olor, el vínculo y los cuidados de mamá y porque nuestros bebés de 4 meses necesitan, desean exclusiva y fervientemente estar con nosotros, sus papás.

Por una conciliación familiar y laboral decente, merecida, necesaria y sana. Por una sociedad menos mecanizada y a su vez, más viva y natural. Por unas condiciones laborables basadas en el amor, el progreso y la evolución de la forma más consciente y respetuosa para la vida humana.

Sara Ribot.

4 comentarios:

  1. Querida Sara, me has hecho recordar los primeros días de guardería de Maia y, aunque han pasado 9 años ya, me han vuelto a aflorar las lagrimas. A ella la dejaba llorando, pero yo también me iba llorando y sintiéndome culpable.

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    1. Lo siento mucho Ana. Tiene que ser muy duro reincorporarse al trabajo cuando preferirías cuidar tú misma de Maia, en vez de pagar parte de tu sueldo mensual para que cuiden otras personas de ella. Ánimo que eres toda una super mamá, solo hay que ver lo feliz que es vuestra peque. ¡Un besito!

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  2. A nuestro primer hijo le dejamos en la guardería desde los 4 meses. Y casi doce horas al día porque los dos trabajamos.
    Nunca supimos la importancia de semejante decisión y me temo que nunca la llegaremos a saber del todo, aunque no pasa un solo día de mi vida (actual) en que no me venga a la cabeza esa decisión.

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    1. Nunca es tarde para avivar el núcleo familiar afectivo y tú Victor, has compensado con creces la ausencia pasada. ¡Eres todo un ejemplo a seguir! :)

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