Les enseñamos que prácticamente todo lo que cogen o quieren tocar es caca y luego, a partir de los dos años, les intentamos explicar - reeducando y reconduciendo - que nos avisen cuando tengan ganas de hacer de vientre. Y el problema empieza en este punto, cuando nuestro peque no sepa cuando va a tener caca porque ve caca por doquier desde que tiene uso de conciencia.
Si reflexionamos, cuando ellos hacen de vientre, no ven por donde sale la defecación porque siempre les tumbamos boca arriba, les retiramos el pañal - sea de tela o comercial - y los volvemos a tapar. Por lo que, para ellos, caca es sólo una sensación pegajosa en el culo y algo que les molesta durante un tiempo determinado hasta que les cambiamos.
Lo del suelo se llama suciedad y con estas palabras lo entenderán igual. De este modo reservaremos el término caca para la caca del bebé, que nos irá estupendamente cuando queramos que la conozca y cuando estén preparados para saber qué es y de dónde sale.
Entonces, esa sensación que conocen desde el momento en que nacieron, recibirá un significado único.
Sara Ribot.
Mujer/Mamá emprendedora.
Escritora, bloguera y comunicadora.
Realizo charlas de ma/paternidad y crianza respetuosa.
AUTORA DEL LIBRO: OTRO MUNDO ES POSIBLE MEDIANTE LA CRIANZA CON APEGO.
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