Mi hija ahora está en plena fase de auto-conocimiento, lo que implica que hayan muchas posibilidades de que experimente varias rabietas al día, doy fe de ello. Cierto que existen muchos consejos sobre cómo llevar esta etapa de la forma más pacífica para todos, pero una vez más, la teoría la sabemos y sin embargo en la práctica es más complicado.
En mi caso leo, pregunto, busco mejores modos de actuar y estoy en proceso de interiorizar para averiguar y comprender por qué me sientan tan mal sus llantos, sus "pataletas" y sus rechazos. Y es que si verdaderamente lo deseas, nunca dejas de aprender, y siempre pueden haber personas que sepan darte la respuesta que estabas buscando con tanto ahínco, la solución a tu frustración:
LAS RABIETAS NO SON MALAS.
Mientras no se dañen a si mismos ni a terceros deben pasar por esta fase, ese proceso tan natural que siempre, en el acto, lo podemos ver anti natural equivocadamente.
DEJEMOS DE EVITAR LO INEVITABLE.
Dejemos que tengan la rabieta en nuestra presencia, sin abandonarles, sin ausentarnos. Estemos presentes hasta que nos dejen abrazarles, besarles, hablarles... No les preguntemos qué les ocurre porque ni ellos mismos lo saben ni podrán expresarlo si aún no hablan, lo que conllevaría más frustración en ellos si cabe.
Todo tiene una explicación. Yo ahora me pregunto: ¿Por qué me siento tan mal en el proceso? ¿Por qué intento evitarlas? Creía que lo estaba haciendo por su bien pero en realidad era por mi bien, algo en mi interior se removía, le molestaba.
Muchas veces juzgamos sin saber suficiente, prejuzgando, cuando si rascáramos más allá de la superficie entenderíamos muchas cosas.
Quién sabe, tal vez hasta nos sentiríamos identificadas.
Sigo viendo mucha competencia por ver quién es mejor madre o mejor padre, pero también veo susceptibilidad a raudales que roza o va de la mano con la propia disonancia cognitiva. Pues no es lo mismo recibir un consejo sin pedirlo, a que te respondan a una pregunta o una cuestión que tu misma sugeriste. Si das pie a que te aconsejen debes saber encajar la respuesta para bien o para mal, y después ya desecharas o mantendrás dicha explicación si deseas, dependiendo de tu criterio inicial.
Actualmente, gracias a esa persona, mi fiel amiga, cuando mi hija llora y patalea a la mínima le repito el mismo mantra:
Te quiero también así... Mamá te quiere de todas las maneras.
Sara Ribot.
Asesora de BLW.
Escritora, blogger y comunicadora.
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