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lunes, 7 de noviembre de 2016

Dejemos que sean ellos quienes avancen.


Muchas veces, guiados por las ansias de que nuestros hijos avancen en su aprendizaje, les cogemos de las manitas para ayudarles a caminar cuando aún no están preparados. Queremos lo mejor para ellos y pensamos que estamos favoreciendo así su desarrollo, pero nada más lejos de la realidad. En este caso, debemos adaptar nuestra paciencia a sus logros, que sin duda llegarán.

Dejemos que evolucionen.

El movimiento libre favorece el descubrimiento de las propias capacidades. Será entonces nuestra responsabilidad el adaptar nuestra casa para que puedan desarrollar esa motricidad libre tan importante para su desarrollo.

Dejemos que sean ellos quienes avancen.

Emmi Pikler fue una pediatra austriaca que trabajó durante más de treinta años en una institución de acogida para niños huérfanos y abandonados. Esta increíble mujer escribió varios libros además de infinidad de artículos y todavía hoy nos transmite los valores de la autonomía, de la relación afectiva a través de los cuidados fisiológicos, de la estabilidad y continuidad de los cuidados a través del educador de referencia, y de hacerlos conscientes de sí mismos y de su entorno educándoles con respeto.


Vivimos en una sociedad dirigida por las prisas y el estrés. Todo logro está basado en la competición desde el nacimiento y, por eso, metodologías como la de Emmi Pikler y su teoría del Movimiento Libre son tan necesarias. Pues los adultos no somos tan distintos de los niños. Todos necesitamos nuestro propio ritmo de aprendizaje y adaptación, del mismo modo, cada uno destacará más en una u otra actividad dependiendo de la pasión que le pongamos.

Ella destacaba que cada peque es como una semilla que contiene en su interior todo lo necesario para crecer; tan sólo necesita amor, respeto y acompañamiento mientras les reconocemos sus logros. De este modo les motivamos para que desarrollen su creatividad, su confianza y su autoestima.

De ahí la importancia del movimiento libre. Acompañarles en su propio desarrollo autónomo espontáneo e instintivo será decisivo, pues la especie humana está en contante avance y, aunque veamos a nuestros bebés torpes, esa torpeza hará que, poco a poco, se encaminen hacia el aprendizaje.


Sara Ribot.
Asesora de blw.
Escritora, blogger, comunicadora.
Autora de Otro Mundo Es Posible mediante la crianza con apego y La Maternidad Al Descubierto.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Confiemos en ellos, dejemos que aprendan y se equivoquen.
    http://atravesdetusojos.wordpress.com

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