Cada dia me reafirmo más en la creencia de que la crianza lo es todo. Es el principio de...
Los valores que transmitamos, el cómo gestionemos las emociones de los más pequeños, nuestros hijos, será vital para formar personas sanas y estables en vez de confusas y rabiosas. Desechar todo juicio y prejuicio delante de ellos será nuestra tarea diaria al ser su ejemplo a seguir, sus mentores, sus guías...
A ojos de ellos, los papás somos héroes sin necesidad de llevar una capa al vuelo. De ahí la importancia de qué les inculquemos desde ese principio.
Dicen que la raíz de su personalidad se forma en los primeros años, y yo también lo creo. Por eso opino que es fundamental ser conscientes de nuestras palabras y nuestros actos ante ellos y ante el mundo que nos rodea y nos acoge cada día en su seno.
Como expresé en un antiguo post:
¿Quién dispone de una varita mágica para poner límites a nuestros sueños? ¿Quién es suficientemente sabio para etiquetarnos en una sola definición? ¿Quién nos llega a conocer verdaderamente? ¿Quién es tan importante en nuestras vidas como para soportar lo insoportable?
Las respuestas a estas preguntas que deberíamos hacernos más a menudo solo las podemos resolver y solventar nosotros pero yo creo en lo siguiente...
Todo acto debería venir envuelto en un comienzo: Respeto.
Todo sentimiento de odio se puede transformar experimentando una sensación: Felicidad.
Toda decisión que debas llevar a cabo ha de ser tomada desde un indispensable planteamiento: Priorizar.
Todo malestar, sumisión e infra valoración debe ser solventada con un activo importante que ha de estar siempre presente: Amor propio.
También me duele en el alma que sean tantas las mamás que tienen miedo a mostrarse tal y como son, al natural, porque la perfección no existe. Además, una madre desbordada tiene más posibilidades de perder la paciencia en momentos difíciles, que una mamá confiada y segura de sus decisiones.
Por ejemplo, sabemos que la tecnología no es recomendable, pero de ahí a que no podamos desconectar ni un solo segundo al día, hay un trecho. Pues jamás he creído que tan solo exista el blanco y el negro. Entre medias, hay un arco iris al completo, con sus tonos bordeados, que escogiéndolas en su justa medida, hacen la vida más fácil y feliz para todos. Así evitamos que los gritos y la violencia de cualquier índole salgan a la superfície resonando fuerte con la frustración que hay detrás.
Por eso, dejemos de juzgarnos y meternos más presión en nuestra mochila de viaje y seámos una tribu que apoya, aconseja y ayuda.
Vivimos inmersos en nuestra rutina diaria. Los problemas que nos rodean, mantienen ocupados a nuestros pensamientos, por lo que cuesta ver más allá de lo que nos atañe. De ahí la verdadera importancia que tiene despejar la mente, encontrar ese momento al día para evadirte sin pensar en los problemas cotidianos, ni en las miles de responsabilidades que nos mantienen aletargadas.
Parar un segundo, escoger la actividad o el hobbie que más nos llene y pasar un tiempo a solas con nosotras mismas. Tener una cita con tu "yo interior" y rescatar todos aquellos sentimientos que tal vez teníamos guardados en lo más profundo del olvido.
Cuidémonos. Mimémonos. Preguntémonos. Recordémonos. Y llegados a este punto, reflexionemos sobre la vida y lo pequeños e insignificantes que somos frente al Universo y a todo lo que aún no comprendemos.
Saber que formamos parte de algo más grande es lo que nos debería mantener unidos en una paz eterna, independientemente de nuestras creencias.
Sara Ribot.
Escritora / Novelista.
Asesora Blw / Lactancia / Fomentando la Educación Viva.
Autora de Otro mundo es posible mediante la crianza con apego y La maternidad al descubierto.
Autora de El libro de los protectores bajo mi pseudónimo novelista Sarah Blump.
