También puede seguirme en...

lunes, 23 de mayo de 2016

No alteremos el proceso natural de la vida.

Desvelar la finalidad real de nuestra situación actual y esclarecer la verdadera función de cada etapa es apremiante puesto que una vez más, el despertar consciente nos hará libres de pensamiento y por consiguiente, nos envolverá un empoderamiento que nos hará luchar por nuestros derechos y los de nuestros hijos.


Está más que demostrado y tenemos la prueba con Finlandia, de que los niños lo que necesitan de 0 a 7 años es jugar y pasar tiempo de calidad con sus padres, nada más. Gracias a dejar aflorar su propia imaginación y creatividad ellos mismos aprenderán a leer, contar, dibujar y escribir con los mismos juegos del día a día que se propongan o que propongamos en familia. Destruir tal proceso natural con enseñanzas impuestas es un catastrófico error, puesto que no a todos se nos da bien todo.

Ahora bien, la conciliación familiar y laboral en España es patética y prácticamente inexistente, de ahí que tengamos que luchar para que nos escuchen y nos atiendan como nos merecemos. Sabiendo que la crianza es la raíz de nuestro futuro en común y siendo conscientes de que nos somos dueños del planeta sino meros habitantes en él, respetemos más el proceso natural con nuestro desarrollo personal. ¿Cómo? Respetando los ritmos de aprendizaje de cada uno, respetando lo que cada uno desee aprender, respetando lo que verdaderamente necesitamos en cada etapa de nuestra vida para ser felices. Si somos felices daremos lo mejor de nosotros y sabremos resolver los conflictos diarios de la manera más pacífica y con una confianza plena en nosotros mismos.

Por otro lado está lo que realmente le interesa a nuestro gobierno, nuestro estado y nuestra sociedad. Desean crear niños obedientes para futuros adultos sumisos a los que explotar con trabajos arduos y mal pagados con el fin de llenarse los bolsillos y poder seguir gobernando a su antojo sin empatizar con su pueblo, sin mirar más allá de su ombligo, con falta de visión global por un bien común porque nadie es dueño de nadie, ni siquiera los padres somos los dueños de nuestros hijos.


No deberíamos ser propiedad de nadie.

Libran guerras sin nuestro consentimiento, sin nuestra aprobación. Nos atan de tal manera que no nos quede otro remedio que pagar para que nuestros hijos sean cuidados por terceros. Nos imponen unos horarios y una presión social que nos impiden estar con nuestros bebés el tiempo necesario. Nos tratan como ciudadanos de segunda clase por no tener un título de medicina y nos hacen pensar que no tenemos ni voz ni voto respecto a cómo queremos parir, a cómo queremos vivir nuestro momento más especial en el que nos unimos en uno con el poder de la naturaleza y con nuestro instinto mamífero, más animal, más salvaje, recordando así de donde venimos y quienes somos.

Somos quienes decidimos sobre nuestro cuerpo y nuestra vida. Somos quienes merecemos una conciliación digna. Venimos de tiempos en los que la lactancia ha sido el único alimento para nuestros bebés. Venimos y somos parte de un planeta lleno de vida y de procesos naturales que no deberíamos intentar controlar ni modificar a nuestro antojo con segundas intenciones meramente superficiales y egoístas.

"Hay quien dice que nuestro destino está ligado a la Tierra, que es tan parte de nosotros como nosotros de ella. Otros dicen que nuestro sino está tejido como una tela y que el destino de uno se entrelaza con el de otros muchos. Es lo que todos buscamos o contra lo que todos luchamos" Brave.


Sara Ribot.
Asesora de Blw.
Escritora, blogger, youtuber, comunicadora.
Autora de Otro Mundo Es Posible y La Maternidad al Descubierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario