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jueves, 14 de abril de 2016

Juego sensorial con elementos naturales.

Existen muchos métodos de enseñanza respetuosos que acaban siendo una filosofía en nuestras vidas como Montessori, Waldorf o la Pedagogía blanca. Todos tienen sus diferencias pero también sus semejanzas como la importancia que le dan a estar en contacto con la naturaleza en todas las etapas de nuestra vida. Y para nuestros hijos que están en proceso de crecimiento tanto físico como emocional, jugar y estar al aire libre lo es todo para un desarrollo saludable.


Hay muchos estudios que evidencian la importancia de cuidar el medio ambiente en este mundo, por lo que es obvio pensar que nosotros también necesitamos este hábitat para una vida saludable. También hay otros estudios que demuestran los problemas de obesidad y de salud que acarrean los malos hábitos como el uso excesivo de la tecnología y estar encerrados entre cuatro paredes jugando a videojuegos.

Por eso, ahora que llega la época veraniega podemos aprovechar para hacer múltiples actividades beneficiosas con nuestros hijos sin necesidad de gastar dinero adicional, sin excusas. Podemos pasar tiempo de calidad con nuestra familia creando ese vínculo afectivo tan necesario y, por supuesto, al aire libre.

¿Cómo? Más fácil y sencillo de lo que parece: Pasear, ir a la playa y hacer una excursión por la montaña es gratis. Tres opciones al aire libre en los que puedes llevar una mochila a cuestas con lo necesario para cada plan y con tupper incluido sin necesidad de comer fuera. Y sorprendentemente puede acabar siendo un día inolvidable al contemplar la ilusión de nuestros peques y sentir lo agradable que ha sido para nuestro estado anímico y emocional rodearnos de aire puro.

Cuando más aflora la creatividad de nuestros hijos es con algo simple y natural. Puede ser un palo, una hoja, unas piedras, arena, barro... De la manera que más aprenden es dejando volar su imaginación y en los días lluviosos también podemos usar estos elementos naturales en casa para que experimenten con texturas y jueguen sin necesidad de juguetes sobre estimulantes.


Recoger piedras, conchas, palos... Puede ser una iniciación de actividad divertida para toda la familia que luego seguirá en casa cuando juguemos a clasificar las piedras por tamaños, las conchas por colores y los palos por medidas. Y si añades un poquito de plastilina a los elementos los peques pueden crear formas y figuras.

Incentivemos su creatividad sin necesidad de forzar las situaciones.

Ante todo, no minemos la creatividad que les surja. A veces hacemos bromas con sus resultados que a ellos les puede afectar mucho, por lo que vigilemos nuestras palabras sabiendo que tenemos la mofa muy interiorizada en nuestra sociedad y seamos conscientes de lo que esto puede acarrear.

Dejemos que ellos nos guíen también, que nos transmitan su espíritu joven e inocente y disfrutemos en conjunto de las aventuras que nos puede mostrar la propia naturaleza dentro de un bosque, con la arena mojada de la playa o con los animales de una granja respetada.


¿Se os ocurren más juegos o planes chulos y económicos para disfrutar en familia este verano? Si es así no dudeis en dejar vuestra aportación en comentarios. ¡Feliz crianza!

Sara Ribot.
Escritora, bloguera y mamá.

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