¿El bebé ya duerme toda la noche?
El sueño es el tema más comentado entre las familias con muchas teorías al respecto, pero si nos remontamos a lo natural y a los estudios científicos de la actualidad tendremos la certeza de que lo normal para los bebés humanos es despertarse a menudo porque no están diseñados para dormir durante periodos prolongados. Ni siquiera los adultos dormimos toda la noche ya que es normal tener periodos de despertar y de sueño cortos aunque luego no los recordemos. A ellos además, les es más difícil volver a conciliar el sueño porque de entre todos los mamíferos, los humanos nacemos más inmaduros que otros animales y por esa razón necesitamos un contacto cercano con nuestros cuidadores.
Los niños están fuera de control porque sus padres son demasiado suaves con ellos.
En este comentario tan común no se es consciente de que los tiempos cambian, por lo que son muchas las circunstancias que implican una alteración y un desequilibrio en el bienestar de nuestros hijos, como el abuso de la tecnología y por consiguiente, la desconexión con la naturaleza que tan importante es para nuestro desarrollo más saludable. Los niños de antes jugaban más fuera de casa y pasaban menos tiempo frente a las pantallas. Los padres de antes trabajaban menos y podían dedicar más tiempo a sus hijos. Son razones suficientes para pensar que el ser indulgente no tiene por qué afectar negativamente al comportamiento de ellos, nada más lejos de la realidad.
Mis padres me pegaban y así aprendí a respetarlos.
El problema de este comentario es pensar que la mano dura y la agresividad hacia nuestros hijos les enseñará a respetar. Lo peor de todo es que la sociedad se dedica a prolongar este falso y dañino mito cuando la evidencia científica apunta a que el uso de la agresión solo trae resultados negativos para la salud mental y el futuro de nuestros hijos.
Los cachetes y el maltrato no son lo mismo.
La función de este comentario es hacer que la gente se sienta mejor para no tener que enfrentarse a la realidad de la situación. Aquellos que sufren en primera persona tal injusticia y pagan por ello son nuestros hijos, los cuales merecen algo mejor que este disparate social...
Un ejemplo popular muy válido: Le pegas a tu jefe, te despiden del trabajo. Le pegas a tu conyugue, te denuncian por violencia doméstica. Le pegas a tu hijo, lo llaman derecho de cada uno por criar como quiera...
Nuestros hijos no son nuestra propiedad y las relaciones amorosas son voluntarias, por eso debemos inspirar a las personas a incentivar el respeto hacia los niños. La libertad es un derecho y una necesidad para mejorar nuestro desarrollo y nuestra capacidad de exploración.
Guiarles y aconsejarles sí. Obligar por imposición no.
Sara Ribot.
Escritora, bloguera y Mamá por encima de todo.
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